jueves, junio 15, 2006

Historia triste de mundiales

Se acuerdan del Mundial 94? Que tristeza ese momento, toda Argentina lloro, no importaba si te gustaba o no el futbol, la tristeza era general. El idolo habia caido...

martes, junio 13, 2006

Rana Arlequin

Hallan una rana que se creía extinguida
En los Andes colombianos

Sobrevivió a la acción de un hongo
Cuando la comunidad científica ya la consideraba extinguida por la acción de un hongo, un grupo de investigadores colombianos dio a conocer las imágenes de lo que podrían ser los últimos ejemplares de la rana arlequín.

También conocida como sapito pintado, la Atelopus ebenoides marinkeltei apareció a principios de este raes ante los ojos de los integrantes del Grupo de Estudios en Sistemas Andinos (GESA) durante una expedición a los páramos de Boyacá, en los Andes colombianos.
"La enorme importancia científica de este hallazgo es una esperanza que nos debe impulsar a tomar medidas urgentes para poder conservar estos últimos ejemplares, lo que se podría lograr con acciones in situ y la crianza en confinamiento. Para esto, sería necesario el respaldo institucional [local] y de la comunidad científica internacional", comentó Fabio Arjona, director ejecutivo de Conservación Internacional Colombia, que promovió la expedición junto con la Iniciativa Darwin y el Fondo para la Acción Ambiental.
Según el reconocido Libro Rojo de Especies Amenazadas, las ranas arlequín fueron vistas por última vez en 1995 y la causa de su extin¬ción se atribuyó a una epidemia de quitriodiomicosis, una enfermedad de la piel causada por el hongo que provocó la desaparición de una gran cantidad de anfibios.
La preocupación por la extinción y, ahora, la importancia de su conser¬vación se deben al mismo motivo: su función en el equilibrio ambiental de la región, donde hasta once años atrás habitaban las dos terceras paríes de estas ranas. Es que las 110 especies de la rana arlequín consumen una gran cantidad de insectos, por lo que actúan como "guardianes" de la salud de los ecosistemas.
El hallazgo, dirigido por el profesor Carlos Rocha, del GESA de la Universidad Pedagógica y Tec¬nológica de Boyacá, ocurrió en los páramos de La Sarna y Toquilla, y la expedición forma parte ávl proyecto Atelopus, destinado a conservar las distintas especies de estas ranas, cuya anatomía demostró ser altamente sensible a los cambios del entorno.

Fabiola Czubaj

Proyecto para salvar al bandoneón

Músicos e investigadores argentinos utilizan modernas herramientas tecnológicas para reparar sus piezas

Uno de los emblemas del tango, el bandoneón, está en peligro de extinción. Hace cerca de 70 años que prácticamente no se fabrican nuevos instrumentos, por lo que aún se utilizan los antiguos modelos alemanes.
"La mayoría se vendió antes de la 2º Guerra en la Argentina y el Uruguay debido al auge del tango. Pero ahora su número está decreciendo, porque muchos se han deteriorado y porque compradores del exterior se llevan ejemplares en buen funcionamiento", explica Juan Carlos Fredes, bandoneonista y contador público nacional.
Amante del bandoneón, Fredes elaboró dos proyectos: uno es ayudar a la reparación de los modelos clásicos y el otro, diseñar un bandoneón de estudio para niños, que esté al alcance económico de la mayoría de la población. Y para lograrlo recurrió a investigadores del Laboratorio de Entrenamiento Multidisciplinario para la Investigación Tecnológica (Lemit), perteneciente a la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC).

Tecnología de rescate
El bandoneón nació en Sajonia, Alemania, a mediados del siglo XDÍ. Allí, en la localidad de Carlsfeld, estuvieron ubicadas las fábricas que más instrumentos elaboraron y de mejor calidad sonora. Pero el último establecimiento cerró al comenzar la Segunda Guerra Mundial; posteriormente los bombardeos arrasaron con archivos e instalaciones, y se perdieron planos y matrices.
En este instrumento, el sonido es generado por el aire comprimido que pasa a través de lengüetas de acero (llamadas "voces"), haciéndolas vibrar. Las lengüetas están remachadas aplatinas o "peines", que se encuen¬tran en el interior del fuelle. Estos elementos fundamentales son reparados en nuestro medio en forma artesanal, con piezas de metal escogidas generalmente de manera empírica; por ejemplo, usando cuerdas de relojes antiguos.
Fredes se entusiasmó por investigar cómo está construido el bandoneón, Desarmó instrumentos en desuso y estudió sus piezas, buscando cómo reproducirlas y aun mejorarlas.
Para conocer la composición de las lengüetas, recurrió al Lemit. En la sección Metalurgia, dirigida por el ingeniero José L. Sarutti, se analizaron algunas de las voces de un valíoso instrumento. Así, se pudo determinar que estaban elaboradas con un acero al carbono 1080 y que las platinas eran de cinc laminado. Se establecieron los parámetros de dureza, elasticidad, plasticidad y dimensiones de las piezas. Este conocimiento permitió comprender el método de afinación, que habitualmente se hace por limado de las voces.
Las platinas tienen formas intrincadas y para elaborarlas en forma tradicional se requeriría una matriceria compleja y costosa. Por ello los profesionales del Lemit pusieron a Fredes en contacto con integrantes del Centro de Investigaciones Ópticas (el CIOp, que depende de la CIC y el Conicet), dirigidos por el doctor Mario Garavaglia. En el laboratorio se fabricaron lengüetas de acero 1080 y platinas de acero inoxidable, cortándolas con un equipo láser con comandado computarizado.

Intérpretes del futuro
En su casa de La Plata, Fredes ins¬taló una escuela de bandoneonistas, que bautizó Carsfeld, en honor a la sede de la desaparecida fábrica de prestigiosos instrumentos AA (conocidos como Doble A). En 2000 pudo viajar a esa ciudad como integrante del Conjunto Municipal de Bandoneo¬nes de Tandil, y recibió una afectuosa acogida y mucha información sobre la historia del instrumento.
Hace dos años, creó en La Plata una orquesta-escuela de jóvenes bandoneonistas llamada Chebandoneón, en la que la ejecutante más joven tiene sólo nueve años. Conocedor de las dificultades que tienen los niños para tocar los grandes bandoneones (pesan alrededor de siete kilos), y como actualmente no existen instrumentos adaptados a ellos, el músico decidió crearlos.
"En mi taller estoy fabricando los prototipos de dos bandoneones de bajo costo para niños de entre siete y diez años -explica-. Hemos hecho calcos de manos de chicos de esas edades y obtuvimos una medida promedio para diseñar las empuñaduras y teclados. La edad ideal para empezar a tocar un instrumento es alrededor de los seis años, aunque el oído musical debería ir formándose desde el jardín de infantes. Como tocar el bandoneón no es fácil, también tengo el propósito de desarrollar un método de enseñanza adaptado a los niños."
En abril, su proyecto de bandoneones de estudio fue declarado de interés público por la Municipalidad de La Plata. Ahora, mientras espera con¬seguir apoyo económico, ya encontró el tipo de cartón más apropiado para fabricar el fuelle, encargó la matricería para hacer sus puntas metálicas y él mismo elabora las tapas de madera que lo cierran.
"Las lengüetas y platinas cortadas en el CIOp ya están probadas y andan bien. Las teclas serán de acrílico y hay que determinar el mejor material para los resortes que las sostienen. También recurrí al ingeniero Bazo, especialista en Acústica de la Universidad Nacional de La Plata, para resolver el problema de la afinación. Queremos hacerlo con ayuda de programas computarizados, con un sistema inspirado en el que se usa para balancear las ruedas de los autos", concluye el músico.

Irene Maier